
Marcelo Bielsa no insinúa, sentencia. Cuando dice que el periodismo es una estafa, no está exagerando: está prendiendo la mecha de una discusión urgente sobre ética, espectáculo y responsabilidad (LAP)
En una de sus intervenciones más punzantes, Marcelo Bielsa volvió a ejercer de francotirador ético contra los excesos del periodismo deportivo. Esta vez, el blanco fue el tratamiento mediático que ha recibido Lamine Yamal, joven estrella del FC Barcelona, cuya vida privada ha sido convertida en espectáculo por ciertos sectores de la prensa. Bielsa no titubeó: “¿Qué hace el medio de comunicación? ¡Estafa!”.

El caso Yamal: talento eclipsado por el morbo
Lamine Yamal, con apenas 18 años, ha sido objeto de una cobertura que prioriza sus vacaciones, sus relaciones sentimentales y sus rituales estéticos por encima de su rendimiento deportivo. Desde su aparición junto a figuras como Nicki Nicole hasta la polémica por su fiesta de cumpleaños, los titulares han girado en torno a lo frívolo, ignorando su disciplina y profesionalismo.
Luis de la Fuente, seleccionador español, intentó poner las cosas en su sitio: “Entrena seis horas al día, va al gimnasio, come bien, duerme lo que debe… pero ¿qué destacan los periodistas? Las salidas de vacaciones. ¿Qué hace el medio? ¡Estafa!”.
Bielsa: el periodismo como simulacro
El seleccionador uruguayo no se limitó a defender a Yamal. Fue más allá, denunciando una estructura mediática que, según él, ha sustituido los valores tradicionales por un circo monumental. “Se instaló un recurso donde lees un título que te invita a creer que vas a encontrar tal respuesta, y cuando entras a la nota lo que te insinuaron no existe. Eso es una vergüenza y es una estafa”.
Bielsa no habla desde la superioridad moral, sino desde la experiencia de quien ha sido víctima y testigo del deterioro del discurso deportivo. Su crítica no es solo a los contenidos, sino al modelo de negocio que convierte a los atletas en mercancía y a los medios en fábricas de insinuaciones.

¿Y ahora qué?
El caso Yamal y la denuncia de Bielsa abren una grieta que merece ser explorada. ¿Qué tipo de periodismo queremos construir? ¿Uno que dignifique al deportista o que lo consuma? ¿Uno que informe o que seduzca?
Para quienes creemos en una comunicación plural, ética y transformadora, este episodio no es una anécdota, sino una llamada urgente a revisar nuestras prácticas, nuestras agendas y nuestros silencios.

Marcelo Bielsa no insinúa, sentencia. Cuando dice que el periodismo es una estafa, no está exagerando: está prendiendo la mecha de una discusión urgente sobre ética, espectáculo y responsabilidad. Prende la mecha, Yamal la encarna: el periodismo que debía proteger termina devorando a sus promesas. (LAP)

Por Luis Alonzo Paz | CNP 10.760
