Los insultos en la cancha: ¿Xenofobia o expresión acalorada?Los insultos en la cancha: ¿Xenofobia o expresión acalorada?

El lamentable incidente entre los futbolistas Miguel Navarro, de Talleres de Córdoba, y Damián Bobadilla, de São Paulo, durante el partido de la Copa Libertadores de América, ha generado una nueva polémica alrededor de los insultos y la posible xenofobia en el mundo del deporte.

Ciertamente, el llamar «venezolano muerto de hambre» a Navarro podría considerarse un acto de xenofobia y discriminación. Sin embargo, es necesario analizar el contexto en el que se desarrolló este episodio.

Vale la pena peguntarse, qué sucedería si alguien le dice a un jugador de la selección argentina «grupo de negros», cuando es público y notorio que en la selección albiceleste no existen jugadores de piel morena o afrodescendiente como suele llamarse en algunos paises del mundo.

La eterna discusión entre el qué y el cómo…

En primer lugar, hay que reconocer que el deporte, y especialmente el fútbol, es un entorno altamente competitivo y cargado emocionalmente. En el calor del juego, los futbolistas suelen recurrir a expresiones acaloradas que, si bien no justifican el insulto, deben tomarse con cierta perspectiva. ¿Realmente se puede considerar que la frase «venezolano muerto de hambre» es un acto de xenofobia?

Venezuela, un país donde los refranes están a la vuelta de la esquina, es uno de los mayores referentes en esto de la cultura de la jergas y frases populares. Decir «el que se pica es porque ají come», en Venezuela, es una forma de expresar que si alguien reacciona con enfado o agresividad ante una situación, es porque se siente directamente afectado o comprometido por ella

Quizás para Navarro, sin medir palabras se sintió identificado con la frase dicha por el paraguayo y el impacto fue mayor. Capaz para otro jugador de otra nacionalidad no le afectaría.

Más allá de la reacción gesticular durante el compromiso, en la redes sociales rodó un mensaje el cual se hizo viral con la supuesta autoría del Vinotinto, quien posiblemente de una manera menos acalorada, dejó claro el porqué de su disgusto por la frase señalada por Bobadilla.

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Respeto al fondo y a la forma

Ahora bien, esto no significa que deba normalizarse el uso de insultos o frases despectivas en el deporte. Por el contrario, es imperativo que se fomente una cultura de respeto, empatía y solidaridad entre los deportistas, independientemente de su nacionalidad o procedencia. El fútbol, y el deporte en general, deben ser espacios de integración y unión, no de discriminación.

En este sentido, llama la atención la reacción de Navarro, quien optó por ir a denunciar el incidente a la policía local, en lugar de seguir los procedimientos disciplinarios propios del deporte. Si bien es entendible su molestia y la sensación de haber sido víctima de un acto xenófobo, quizás una respuesta más equilibrada y constructiva hubiera sido abordar el tema con el organismo competente en el ámbito deportivo.

Además, surge la interrogante de si en un contexto en el que coexisten futbolistas de diversas nacionalidades, lenguas y culturas, se debe evitar por completo cualquier tipo de expresión que pueda ser interpretada como ofensiva. ¿Deberían los jugadores tener que jugar con tapabocas para evitar que se escuchen sus discusiones acaloradas? ¿Dónde se traza la línea entre un insulto y una expresión utilizada comúnmente sin intención de discriminar?

Bobadilla se Disculpa

El Paraguayo se disculpó en sus redes sociales luego de ser acusado de racismo durante el enfrentamiento contra Talleres de Argentina.

En un breve video que publicó en sus historias de Instagram, Bobadilla explicó que durante el partido tuvo “cruces de palabras” con el venezolano Miguel Navarro, jugador del equipo argentino, y que debido a esto “reacciono mal” al sentirse “ofendido primeramente” y tratado con “un poco de desprecio”.

No quise discriminar a nadie. En medio de la tensión, reaccioné de manera inapropiada y pido disculpas públicamente. Si tengo la oportunidad de hablar con él en persona, también le ofreceré mis disculpas”, expresó Bobadilla en su mensaje.

¿Sacarán pecho lo árbitros de ahora en adelante?

La violencia verbal es la tónica diaria en el fútbol. Los árbitros, los principales perjudicados. Aunque están acostumbrados a ello, los insultos y gritos acaban generando un desgaste que puede derivar en problemas de salud mental.

En una oportunidad conversamos con el árbitro venezolano Juan Soto, quien nos relató una historia que vivió en un clásico del futbol de este país. El principal señaló, «Había un jugador paraguayo en el Caracas FC, quien en una jugada me insultó con una frase en lengua Guaraní (segundo idioma del Paraguay), y yo ni corto ni perezoso le saqué tarjeta amarilla porque sabía que era un insulto, todos los jugadores quedaron impresionados por mi actitud, y al finalizar el juego el propio jugador fue a disculpase y a preguntarme ¿Cómo yo sabía que esa frase en otra lengua era un insulto?. Al finalizar lo miré con una sonrisa y le dije que era parte del idioma universal?»

Otra hecho reciente sobre insultos, fue publicado por el Diario Marca, titulado: «Pérez Burrull y un psicólogo explican cómo afectan los insultos a la salud mental del árbitro: «Algunos abandonan»

Ha vuelto a pasar. El árbitro de la final de Copa del Rey, Ricardo De Burgos Bengoetxea, ha roto a llorar al recordar en una comparecencia de prensa las situaciones que están sufriendo él y su familia. «Cuando un hijo tuyo va al colegio y le dicen que su padre es un ladrón y llega a casa llorando, es muy jodido», asegura.

Esta historia conocida por la mass media, nace luego de que el canal de televisión del Real Madrid, no solo puso en dudas la actuación de los colegiados antes de la final de la Copa del Rey, sino que además, los tildo de delincuentes sin medir las consecuencias.

Las nuevas generaciones

Más allá de la visión que cada persona tenga sobre un vaso de agua por la mitad, el cual lo puede ver medio lleno o medio vacío, al consultar a varios periodistas con cierta trayectoria en el mundo deportivo, y ciertos profesionales en el estudio de la conducta humana, algunos consideran que la reacción de Navarro, guarda relación con el sistema y los modelos generacionales existentes.

«Existe una generación con mucho sobreproteccionismo, la exposición constante a las redes sociales y la cultura del «políticamente correcto» que puede llevar a una mayor sensibilidad y baja tolerancia a la crítica. Tienden a sentirse ofendidos o heridos con facilidad ante situaciones o comentarios que otros podrían ver como relativamente normal», señaló uno de los profesionales abordados.

Estudios sobre el caso

El comediante y escritor colombiano Andrés López, tras casi dos décadas, desempolvo su obra «La Pelota de letras», y regresa para actualizar este monólogo que nos lleva a un viaje a través de las particularidades de nuestras generaciones. López ganador de muchos premios gracias a ese monólogo, explica cada una de las generaciones y la forma de vivir en ellas.

Un tema de reflexión universal

Estas son cuestiones que merecen un análisis profundo y una reflexión sobre cómo avanzar hacia un deporte más inclusivo y respetuoso, sin caer en el exceso de sensibilidad que podría llegar a limitar la competitividad y la pasión que caracterizan a estas disciplinas.

Uno de los factores en el que la sociedad deportiva es muy rígida, es la forma de como no permiten que la legalidad ordinaria, ingrese a la deportiva. ¿Con qué se come eso?, ¡muy sencillo! Lamine Yamal, es una realidad en este tipo de temas, por su edad el jugador representa un leve problema para el deporte, porque más allá de su talento, si un jugador mayor de edad dentro de una jugada lo lesiona, sus padres «fácilmente» pudieran recurrir a un organismo ordinario a colocar una denuncia, porque se esta malogrando a un menor de edad. Por eso, llamó la atención que Navarro antes de recurrir a entes legales dentro de la jurisdicción Conmebol, prefirió ir directamente a la Policía de ese país.

A pasar la página y dejar de alimentar el morbo en las redes

En última instancia, lo que debería prevalecer en el deporte son los valores de respeto, camaradería y empatía. Independientemente de los incidentes puntuales, es necesario trabajar en una cultura deportiva que promueva la integración y el rechazo a cualquier forma de discriminación. Solo así podremos disfrutar plenamente de las emociones y la belleza que el deporte, en todas sus manifestaciones, puede brindarnos.

Es claro que en este tipo de situaciones los más favorecidos son los cazadores de likes o seguidores. Difícilmente un gol de Navarro tendría tanta repercusión en su país como esta polémica generada por un asunto de agresión verbal, por eso es recomendable no normalizar este tipo de situaciones, donde los más beneficiados son esas pirañas que solo les interesa este tipo de contenido para satisfacer sus redes desde una cultura hasta política y presentar un supuesto apego por un nacionalismo o camiseta inexistente.

Por Luis Alonzo Paz | CNP 10.760 | @teleradiodigital