
A pocos días de un juego vital dentro de las aspiraciones mundialista, la mass media está «pre» ocupada por trivialidades
A pocos días del juego entre Venezuela y Bolivia en el marco de la eliminatorias al Mundial 2026, una nueva espectaculorización mediática aborda a la mass media comunicacional del país, y aunque no deja de tener importancia lo que pueda señalar Jorge Giménez, presidente de la Federación Venezolana de Fútbol (FVF), o un icónico jugador Vinotinto como Juan Arango, es absurdo que ante tantos temas de interés para buscar avances significativos en el fútbol, las conversas sobre una posible «despedida» del 18 venezolano, sea el cotilleo de nuestro balompié.
Las recientes declaraciones de Jorge Giménez, y la respuesta del veterano jugador Juan Arango han reavivado una discusión innecesaria en los actuales momentos. El juego de despedida de Arango salió a la palestra y mientras que Giménez afirma que la FVF no destinará «millones de dólares» para tal evento, Arango y sus allegados, defiende su posición en querer organizar su propio homenaje.
El detalle de esta retórica trivial va más allá de quién tenga o no la razón, el verdadero problema es el ¿por qué sale a la luz pública aspectos que desde un primer momento debieron quedarse como un posible pacto de caballeros?, y no pretender hacer de esta realidad una telenovela al estilo de Eco Modas.

Prioridades
Si bien es comprensible que un jugador de la talla de Arango busque una merecida despedida de su carrera profesional, la realidad es que este no debería ser un tema prioritario para la FVF en estos momentos. La federación tiene responsabilidades más urgentes, como preparar a la selección nacional para encarar retos fundamentales, como la posible clasificación al próximo Mundial, incluso, el Mundial sub17, donde Venezuela asistirá como tercera clasificada del cono sur. Esta preparación no es solo para el colectivo Vinotinto, el país también debe prepararse, y nada mejor que quien lleve esa batuta sea el ente rector de este deporte en Venezuela.
Sin embargo, por tratarse que esta situación se generó en una entrevista por parte de un medio aliado a la FVF, no queda claro si el tema salió de la nada como parte de la conversa, o se trataba de un guion pre establecido dentro de la producción de estos denominados podcast.
¿Realidad o Vanidad?
Aunque no existe una ley o un manual de despedidas, es claro que ambas posturas denotan el sentir e interés de los dos protagonistas. En ambos discursos hay metamensajes dignos de ser analizados con lupa, detenimiento y con mucho respeto.
Por el lado federativo pareciera que no es prioridad destacar las cosas relevantes del pasado futbolístico de Venezuela, mientras que la posición del jugador denota ese deseo de levantar la bandera del reconocimiento generacional, al pretender realizar una actividad que reconozca su labor, ¡y por que no!, la labor de quienes fueron los precursores del boom Vinotinto.
Es importante preguntarse si este bombardeo mediático fue deliberado o simplemente una dinámica por parte de la FVF. Llama la atención que haya sido un entrevistador quien sacó a la luz pública las supuestas pretensiones económicas de Arango, y no el propio directivo. ¿Acaso esto responde a una estrategia o simplemente fue una coincidencia?
Más allá de gustar o no el estilo de Arango, tanto dentro como fuera de la cancha, es público y notorio que el maracayero ha sido el único exvinotinto en señalar que le agradaría aportar sus conocimientos y experiencias dentro de la selección nacional, y aunque desconocemos los procesos metodológicos que maneja la FVF dentro de esta área, seguramente esta posición pudiera producir incomodidad, porque se trata del mayor referente futbolístico, no activo, en la historia de nuestra selección nacional.
La respuesta otorgada por Jorge Giménez ante las presunciones del comunicador fueron muy claras, «Las condiciones económicas de Arango siguen siendo un tema delicado», afirmó Giménez, quien detalló que el futbolista exige una cifra garantizada de 150,000 dólares, además de participar en los ingresos por boletería, reseñó Meridiano.

Con ventilador incluido
Aunque el tema del juego de despedida de Juan Arango fue el que arropó la mediática futbolera nacional, no es menos cierto que dentro de esos recorridos digitales otorgados por el máximo jerarca del fútbol en Venezuela, se tocaron temas que en otrora parecían utópicos.
Entre líneas y pinceladas el país ya conoce gran parte de la situación vivida entre el presidente de la FVF y quien fue en su momento el mentor del «Bocha» Batista, José Néstor Pékerman, señalando en Ruta Vinotinto, que fue el «peor error» dentro de su gestión como presidente de la FVF.
Richard Méndez, reconocido periodista venezolano residenciado en los Estados Unidos, fue otro profesional de la comunicación que tuvo el privilegio de conversar con el joven dirigente venezolano. Dentro de los diversos temas tratados en su entrevista, hubo uno que llamó la atención y que guarda relación con la historia intermedia de nuestra selección, allí sin nombrar personas, ni dejar tan claro el tema de manejos posiblemente oscuros, el presidente de la FVF señaló, «Creo que se sorprenderían de la cantidad de personas que hay involucradas en todas esas cosas, y creo que se les caerían bastantes ídolos que tienen ustedes…»
¿Y el devenir?
Estos episodios mediáticos han puesto en evidencia las tensiones que afectan al balompié nacional. La decisión del presidente de la FVF en hacer públicas las supuestas aspiraciones de Arango por tener este homenaje, parece haber sido un movimiento que pudiese empañar un merecido reconocimiento a la trayectoria de uno de los máximos exponentes de la Vinotinto.
¿Se han preguntado qué pudiera suceder tras esta realidad? Figuras como Tomás Rincón y Salomón Rondón, quienes compartieron cancha y vestuario con Arango, deben preguntarse si les espera un final similar, plagado de controversias y desencuentros, tras haber entregado tantos años a la selección.
Esta situación también debe hacer reflexionar a la generación emergente de jugadores que tuvieron la oportunidad de disfrutar del buen fútbol exhibido por Venezuela en los últimos años. ¿Acaso las conversaciones individuales o grupales al interior de la Vinotinto serán igual de abiertas y honestas, sabiendo que pueden sacar a relucir temas delicados que deberían manejarse con discreción dentro de los muros de la federación? ¿Qué pensarán los Soteldo, Aramburu, Bello, Romo, entre otros, al saber que existe una disputa entre el presidente de la federación en la que ellos hacen vida y el máximo exponente, no activo, del futbol Vinotinto, posiblemente su ídolo cuando ellos eran más chamos?
En momentos como estos, es crucial que prime un espíritu de conciliación y entendimiento. Lo verdaderamente importante en el deporte es el deporte mismo, la pasión por competir, el legado que dejan los grandes jugadores y la unidad de la afición en torno a la selección. Lamentablemente, pareciera que ciertas decisiones han desviado la atención de lo esencial, generando un ambiente de resquemor que poco aporta al desarrollo del fútbol venezolano. Es momento de volver a los verdaderos valores que deben guiar a quienes tienen la responsabilidad de conducir este deporte.
En el deporte no deben existir bueno o malos, puede que si los hayan, pero la verdadera identidad tiene un bonito nombre creado incluso por el máximo ente rector de esta disciplina «el juego limpio», esa frase resume todo lo que una persona ejemplar y excepcional hace o debe hacer cuando decide ingresar a este mundo dentro del propio mundo.
Si la FIFA fuese la ONU y la ONU la FIFA…
Tras observar esta penosa realidad, recordamos las palabras del fallecido periodista Fabio Pavón Portilla, quien solía señalar: «Si la FIFA fuese la ONU y la UNO fuese la FIFA, el mundo fuera perfecto y el fútbol una mier…». Esta frase acuñada desde los años ochenta pretendía argumentar que más allá de las diferencias existentes en este deporte, el famoso «juego limpio» estaba por encima de cualquier diferencia existente dentro de la gran familia futbolera mundial, donde se incluyen dirigentes, árbitros, técnicos y jugadores.
Es momento de que haya un espíritu de conciliación y respeto en el fútbol venezolano. Independientemente de las disputas y diferencias del pasado, lo que realmente importa es enfocar los esfuerzos en construir un futuro prometedor para este deporte en el país. Como máxima autoridad del fútbol, Jorge Giménez y todo su entorno, debe entender que aprender a convivir con el pasado, por «débil u oscuro» que haya sido, es fundamental. Ese pasado, con todas sus luces y sombras, sentó las bases para lo que hoy se cosecha en el balompié nacional.
El fútbol de Venezuela no es solo la Vinotinto, hoy podemos sacar pecho porque estamos a un paso de poder por lo menos asistir a un repechaje, logro que se obtiene por el cambio de metodología de clasificación, donde Giménez y Batista, no con culpables de esa mutación. Pero también debemos estar claros con el día a día, con el fútbol menor, el fútbol femenino, el futbol playa que no es ni la sombra del pasado, y como punto importante, no se debe abandonar el debate y las posibles mejoras del balompié rentado nacional, porque más allá que esté enraizado dentro de una liga, el FUTVE es parte de ese rostro que muestra el balompié venezolano en el exterior.
Creemos que es el momento de respetar las diversas posturas y trayectorias de las figuras que han marcado la historia del fútbol venezolano. No se trata de esconder o negar el pasado, sino de reconocer su aporte, por más complejo que haya sido. Tal como afirmó el historiador deportivo Ernesto González: «Honrar la historia, incluso con sus imperfecciones, es lo que nos permite avanzar con un sentido de identidad y pertenencia». Sólo así podremos centrarnos en el devenir y el desarrollo del fútbol, sin quedar atrapados en la búsqueda de culpables. Por eso ratificamos que «debemos intentar ser más FIFA y menos ONU», dentro de esta gobernabilidad de política deportiva.
En última instancia, lo que no se puede aceptar es el desvío de las verdaderas intenciones que debemos tener todos los involucrados en el mundillo futbolístico de Venezuela. La misión debe ser la de unir, no dividir; de construir, no de destruir. Sólo a través del diálogo respetuoso, la conciencia histórica y el enfoque en el futuro, podremos consolidar un fútbol venezolano más fuerte, unido y con una identidad sólida. Es hora de dejar atrás las diferencias y trabajar juntos por el bien del deporte rey en nuestro país.

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Lamentablemente en Venezuela existe la tendencia a ensalzar el «histórico» sin cuestionar las raíces de por qué eso se convierte en un hecho excepcional (LAP)

Por Luis Alonzo Paz | CNP 10.760 | @teleradiodigital
