
El partido en el Metropolitano cumplió con las expectativas de todos los allí presentes. Semifinales de vida o muerte. De derbi o clásico en la final. Del todo o nada en Madrid. Un duelo de alta tensión.
La Copa del Rey es la segunda competición que más enfrentamientos ha vivido entre el FC Barcelona y el Atlético de Madrid con 48. Ambos clubes se conocen a la perfección. Y así lo demostraron la noche del miércoles.
Con un 4-4 en la ida, ambos equipos debían ir a por la victoria hasta el final.
El FC Barcelona incendió el Metropolitano desde el primer minuto y el Atlético se asustó muy rápido. Un brillante Lamine Yamal hizo temblar a los rojiblancos con los primeros dos balones que condujo por la izquierda. Pero no fue el único.

El Barça, de local
El Atlético se fue haciendo cada vez más pequeño a medida que iban pasando los minutos. La primera ocasión clara para los de Hansi fue del mismísimo Ferran Torres que, desde el punto de penalti, intentó disparar pero Le Normand le rebañó el balón y lo sacó fuera del área.
El Barça gobernó con autoridad durante todo el primer tiempo y la recompensa terminó llegando. Ferran puso la ventaja en el marcador con un gol en el 26 de partido tras una pérdida del Atlético y un saque de banda. El artífice del gol fue el niño maravilla, Lamine Yamal, que le puso un balón interior de esos que los ves una y otra vez.
Pudo llegar el segundo del Barça en varias ocasiones antes de llegar al 45′ de juego pero el Atlético consiguió salvarlo, aunque todavía no saben cómo.
Alta tensión
El partido se complicó con el árbitro en el centro de la polémica. La primera de ellas fue una tarjeta amarilla a Azpilicueta, que más bien podía ser naranja, por una entrada con los tacos sobre Raphinha. El VAR llamó a Munuera Montero pero, tras revisar la jugada durante varios minutos, decidió mantener su decisión y no expulsar al lateral rojiblanco.
Las amarillas siguieron repartiéndose como si las regalaran. El Atlético terminó el primer tiempo con tres amonestados más y con un Simeone que también recibió tarjeta. En el lado del Barça, Frenkie de Jong fue el único señalado. En el final de la primera parte, el árbitro cortó una jugada de los rojiblancos y el Metropolitano se le tiró encima. Bronca monumental de más de 69.000 espectadores.
Un giro de guión que no afectó
El Atlético parecía otro en el segundo tiempo. Las tuvo todas para empatar el partido y forzar la prórroga, pero el Barça supo aguantar hasta el final. ¿Su mayor arma? Forzar el fuera de juego. Y eso fue lo que les acabó salvando.
Sorloth se acercó a la portería de Szczęsny en varias ocasiones, y hasta le anularon el gol que devolvería las tablas por fuera de juego en el 69 de partido. El Atlético siguió atacando, pero el Barça se protegió e intentó seguir mordiendo con algún que otro contraataque. Pero el resultado no se movió.
El FC Barcelona jugará su 43ª final de la Copa del Rey frente al Real Madrid en Sevilla el próximo 26 de abril. Y será el primer paso hacia el camino del triplete.

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