La FIFA ha confirmado a México como sede oficial del Torneo de Repechaje Intercontinental rumbo al Mundial 2026, y con ello se abre una ventana de ilusión para selecciones que aún sueñan con la gran cita. Entre ellas, Venezuela, que podría disputar su boleto mundialista en los estadios de Monterrey o Guadalajara, dependiendo de los resultados finales de las Eliminatorias Sudamericanas.
¿Qué significa esto para la Vinotinto?
Si Venezuela logra posicionarse como la selección sudamericana elegida para el repechaje, enfrentará una serie de partidos de eliminación directa entre el 23 y el 31 de marzo de 2026, en busca de uno de los dos últimos cupos al Mundial. El formato incluye semifinales y finales en sedes mexicanas, con rivales provenientes de Oceanía, Asia, África, CONCACAF y CONMEBOL.
Hasta ahora, Nueva Caledonia es el único equipo confirmado, representando a Oceanía. El resto de los participantes se definirá en los próximos meses, pero el escenario está listo: México será el epicentro de la última batalla mundialista.
Monterrey y Guadalajara: dos destinos, una esperanza
- Estadio BBVA (Monterrey): conocido como el “Gigante de Acero”, será sede de una semifinal y una final del repechaje, además de cuatro partidos del Mundial.
- Estadio Akron (Guadalajara): moderno y vibrante, también albergará una semifinal y una final del repechaje.
Ambos estadios ofrecen condiciones de primer nivel, y serán el telón de fondo de una competencia que promete emociones al límite.
¿Y si Venezuela lo logra?
Sería la primera vez que la Vinotinto pisa un repechaje intercontinental con el Mundial tan cerca. Un logro que no solo marcaría un hito deportivo, sino también un símbolo de perseverancia nacional. Porque si algo ha demostrado esta generación, es que el sueño mundialista ya no es una utopía, sino una posibilidad concreta, amén del aumento de cupos por parte de la FIFA.
Una última oportunidad, con sabor a gloria
El repechaje no es solo un torneo: es el último suspiro antes del gran salto. Para Venezuela, representa el chance de escribir una página dorada en su historia futbolística. Y si el destino lo permite, será en tierras mexicanas donde la Vinotinto grite su clasificación.
Por Luis Alonzo Paz