A pocos días del primer Clásico de la temporada entre el Real Madrid y el FC Barcelona, la tensión ha escalado fuera del campo tras unas controvertidas declaraciones del joven delantero azulgrana Lamine Yamal. El encuentro, programado para este domingo 26 de octubre en el estadio Santiago Bernabéu, ya se juega en los micrófonos y redes sociales.
Durante una charla informal en el entorno de la Kings League, transmitida por el canal de YouTube de Ibai Llanos y con la participación de Gerard Piqué, Yamal comparó al Real Madrid con el equipo de Porcinos FC, presidido por Llanos, afirmando que “roban y se quejan”. La frase, que rápidamente se viralizó, provocó malestar en la ciudad deportiva de Valdebebas, donde fuentes del club blanco consultadas por EFE señalaron que los jugadores interpretaron el comentario como una “falta de respeto».
En el vestuario merengue, donde Yamal comparte selección con figuras como Dani Carvajal y Dean Huijsen, se considera que el joven atacante “no maneja los códigos básicos del respeto entre profesionales” y lo ven como un “mal compañero”. La reacción no se ha limitado a los jugadores: desde el entorno del club se apunta que en el FC Barcelona “nadie parece capaz de ponerle freno” a una actitud que consideran impropia de un jugador de su nivel y proyección.
El Clásico, correspondiente a la décima jornada de La Liga EA Sports, se disputará a las 16:15 (hora local) y promete ser uno de los más intensos de los últimos años, no solo por lo que ocurra en el terreno de juego, sino por el ambiente que se ha generado en torno a él.
Yamal, de apenas 18 años, ha sido una de las revelaciones del fútbol español en los últimos meses, pero sus palabras han abierto un debate sobre los límites de la espontaneidad en espacios informales y el impacto que pueden tener en la convivencia profesional. Mientras tanto, el Real Madrid se prepara con la mirada puesta en el partido, sin perder de vista lo que consideran una provocación innecesaria.
El fútbol, como siempre, se jugará en 90 minutos. Pero esta vez, el ruido previo ya ha dejado huella.
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