La Habana, 31 ene (EFE).- Lester, un cubano de 46 años, se recarga sobre su coche en una fila que serpentea durante varias cuadras la avenida frente al Cementerio de Colón de La Habana. Él, como el resto de conductores, espera llenar el depósito antes de la medianoche, cuando el precio de la gasolina se quintuplique.
Cuba despertará el jueves con una subida de más del 400 % en los combustibles. La regular pasará de los 25 pesos (CUP) actuales -lo que pagará Lester si llega a repostar antes de las 12 de la noche- a 132 (de 0,21 dólares a 1,1, al cambio oficial para personas físicas).
Esto quiere decir que un cubano deberá pagar 5.280 CUP (44 dólares) para llenar un tanque de 40 litros, cuando el salario promedio estatal apenas supera los 4.200 CUP (35 dólares, al cambio oficial pero 14,5 en el extendido mercado informal).
«Uno siempre está pensando al día así que, siendo sincero, no sé cómo le voy a hacer mañana cuando esto suba ni cómo es que esto va a beneficiar al pueblo», le cuenta a EFE.
La subida de las gasolinas es una de las primeras medidas en implementarse dentro de un gran plan de ajuste anunciado por el Gobierno en diciembre, cuyo fin es dar un volantazo en el rumbo de la economía, que cerró 2023 con una caída del PIB de entre el 1 y el 2 % y con un déficit fiscal proyectado para este año del 18,5 %.
Además del incremento en los combustibles, el Gobierno cubano subirá las tarifas del transporte interprovincial hasta en un 600 %; topará las pensiones máximas; aplicará un alza en otros servicios como la electricidad, el agua y los cilindros de gas licuado y sustituirá los subsidios universales a productos por ayudas específicas para personas vulnerables.
«Esto es muela»
Este paquete de medidas, según ha argumentado el presidente, Miguel Díaz-Canel, busca corregir «distorsiones» en la ya depauperada economía insular. Pero ha asegurado que se trabajará para que nadie «se quede atrás».
Además, el Ejecutivo ha subrayado que gran parte de los problemas económicos del país se deben a las sanciones de EE.UU. contra Cuba, aunque ha reconocido errores de gestión.
Pero para un cubano de 19 años, quien no quiere dar su nombre pero asegura que está desde las 10 de la noche del día anterior en la cola que pasa por el cementerio, todo eso es «muela» (rollo).
«Ahora van a hacer como en las MLC (tiendas en divisas) con esto de la gasolina. Esa película ya la vi», se queja con EFE.
El joven se refiere a otra de las medidas que entrará en vigor. El Gobierno anunció que 28 gasolineras en el país cobrarán el combustible a los turistas en divisas.
Las autoridades han argumentado que el objetivo es captar la moneda extranjera que precisan para pagar a sus principales suministradores: Rusia, Venezuela y México.
Pero para más de un cubano, como el joven o Lester, las gasolineras para foráneos les trae a la memoria las tiendas MLC (moneda libremente convertible), instaladas en 2020 y cuyo propósito es proveer al Estado de divisa para surtir a las tiendas en pesos cubanos. Sin embargo, éstas últimas continúan desabastecidas, tras casi cuatro años de crisis.
Reordenar la economía
El Gobierno, por otro lado, sabe de la necesidad de poder abastecerse de combustible a través de sus aliados. Éste también es clave para el funcionamiento del sistema eléctrico de la isla, que en los últimos días ha notificado apagones simultáneos hasta en un 30 % del territorio por averías y reparaciones en las termoeléctricas, pero también por falta de carburantes.
Ante las quejas y críticas en redes sociales y medios de comunicación independientes, el Gobierno ha asegurado que las medidas no forman parte de un «plan neoliberal» o de choque. Y defiende que se busca la recuperación económica.
«Nada, absolutamente nada de lo que hacemos es para afectar al pueblo», escribió el presidente cubano, Miguel Díaz-Canel, en redes sociales. Agregó que «una economía no funciona a la medida de las necesidades y deseos de todos», pero que «el socialismo se propone que funcione para la mayoría».
Díaz-Canel, que recientemente habló de «economía de guerra», admitió, no obstante, que «son medidas duras», pero las consideró ineludibles para «reordenar» la economía.
De igual forma, el Gobierno y sus medidas han recibido el apoyo público del expresidente Raúl Castro (2008-2018) y otros líderes de la vieja guardia revolucionaria, quienes han hecho un llamamiento a la unidad. EFE