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Bogotá, 8 may (EFE).- La Alcaldía de Necoclí, municipio del departamento colombiano de Antioquia, en la frontera con Panamá, mostró su «profunda preocupación» por las declaraciones del presidente electo de ese país, José Raúl Mulino, sobre la posibilidad de cerrar el paso por la selva del Darién, ruta migratoria entre ambos países.
«Parar la migración esa, yo cierro el Darién», dijo Mulino, electo como próximo presidente de Panamá el pasado domingo, una iniciativa para la que indicó que pedirá apoyo a los países de la región implicados en el flujo migratorio, como Colombia y Estados Unidos. «Vamos a cerrar Darién y vamos a repatriar a todas estas personas como corresponda», insistió.
Frente a estas declaraciones y la victoria en las urnas de Mulino, la Alcaldía de Necoclí dijo que «las medidas como la contemplada por el nuevo Gobierno de Panamá podrían exacerbar aún más el flujo migratorio» hacia el territorio fronterizo colombiano.
«Hace apenas dos meses, experimentamos una situación crítica con un represamiento de aproximadamente 1.000 migrantes, lo cual generó caos en nuestro municipio debido a nuestras limitadas capacidades para atender tal volumen de población», indicó la Alcaldía en un comunicado.
En lo que va de 2024, cerca de 65.000 migrantes pasaron por Necoclí en su ruta migratoria, según cifras de la Alcaldía, lo que representa un aumento de más de 20.000 personas en comparación con el mismo periodo del año anterior.
«Hacemos un llamado urgente al Gobierno para que aborde esta crisis de manera articulada y coordinada», agregaron las autoridades, quienes recordaron que la crisis migratoria «no puede recaer únicamente en Necoclí», que tiene «limitaciones evidentes, tanto presupuestales como logísticas».
En lo que va de año, 132.320 migrantes han atravesado la peligrosa selva del Darién, siendo la mayoría procedentes de Venezuela (84.031), seguido de Ecuador (10.280) y Haití (8.597).
En 2023, cruzaron esa frondosa selva más de 520.000 personas, una cifra histórica que duplicó las 248.000 personas en tránsito de 2022, según estadísticas de las autoridades panameñas.
A pesar de la crisis migratoria y la creciente cifra de personas que cruzan el Darién en su travesía hacia Estados Unidos, las autoridades panameñas y colombianas no han definido una estrategia de cooperación conjunta y la ruta migratoria se ha convertido en un peligroso escenario controlado por mafias. EFE